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Archivos diarios: 16 abril, 2017

Funcionamiento del CBD

El cannabidiol (CBD), componente no psicoactivo de la planta de marihuana, ha generado un interés significativo entre científicos y médicos en los últimos años, pero la forma en que el CBD ejerce su impacto terapéutico en un nivel molecular sigue siendo un tema de investigación para los científicos. El cannabidiol es un fármaco pleiotrópico en el sentido en que produce muchos efectos a través de múltiples vías moleculares.

Aunque el CBD tiene poca afinidad de unión para cualquiera de los dos receptores cannabinoides (CB1 y CB2), el CBD activa varios receptores no canabinoides y canales iónicos. También actúa a través de varios canales independientes de receptores -por ejemplo, retrasando la «recaptación» de neurotransmisores endógenos (tales como la anandamida y la adenosina) y aumentando o inhibiendo la acción de unión de ciertos receptores acoplados a proteínas tipo G.

Estas son algunas de las formas en que el CBD confiere sus múltiples efectos terapéuticos.

Receptor de serotonina

Jose Alexandre Crippa y sus colegas de la Universidad de Sao Paulo en Brasil y el King’s College de Londres han llevado a cabo una investigación pionera sobre el CBD y los correlatos neurales de la ansiedad. A altas concentraciones, el CBD activa directamente el receptor de serotonina 5-HT1A (hidroxitriptamina), confiriendo de este modo un efecto antidepresivo. Este receptor acoplado a proteína tipo G está implicado en una serie de procesos biológicos y neurológicos, incluyendo (pero no limitado a) ansiedad, adicción, apetito, sueño, percepción del dolor, náuseas y vómitos.

El 5-HT1A es un miembro de la familia de receptores 5-HT, que son activados por el neurotransmisor serotonina. Encontrados tanto en el sistema nervioso central como en el periférico, los receptores 5-HT desencadenan varias cascadas intracelulares de mensajes químicos para producir una respuesta excitatoria o inhibitoria, dependiendo del contexto químico del mensaje.

El CBDA [ácido cannabidiólico], la versión cruda no calentada del CBD que está presente en la planta de Cannabis, también tiene una fuerte afinidad por el receptor 5-HT1A (aún más que el CBD). Ambos CBD y CBDA desencadenan una respuesta inhibitoria que ralentiza la señalización 5-HT1A. En comparación, el LSD, la mezcalina, los hongos mágicos y varios otros fármacos alucinógenos activan el receptor 5-HT2A, que produce una respuesta excitatoria.

Receptores Vanilloides

El CBD interactúa directamente con varios canales iónicos para conferir un efecto terapéutico. El CBD, por ejemplo, se une a los receptores TRPV1, que también funcionan como canales iónicos. El TRPV1 es conocido por mediar la percepción del dolor, la inflamación y la temperatura corporal.

TRPV es la abreviatura técnica de «Transient Receptor Potential Cation Channel Subfamily V” (Receptor de potencial transitorio de canales iónicos de la subfamilia V). El TRPV1 es una de varias decenas de receptores TRP, variantes o subfamilias del receptor que median los efectos de una amplia gama de hierbas medicinales.

Los científicos también se refieren a TRPV1 como un «receptor vanilloide», llamado así por su sabor a vainilla. La vainilla contiene eugenol, un aceite esencial que tiene propiedades antisépticas y analgésicas; También ayuda a desatascar los vasos sanguíneos. Históricamente, la vainilla se ha utilizado como una cura popular para dolores de cabeza.

El CBD es un «agonista» del TRPV1 o estimulante. Esta es probablemente una de las razones por las que el Cannabis rico en CBD es un tratamiento eficaz para el dolor neuropático. La Capsaicina, el compuesto picante en los chiles – activa el receptor TRVP1. La anandamida, el cannabinoide endógeno, es también un agonista de TRPV1.

GPR55 – receptor huérfano

Mientras que el cannabidiol activa directamente el receptor de serotonina 5-HT1A y varios canales iónicos de TRPV, algunos estudios indican que el CBD funciona como antagonista que bloquea o desactiva otro receptor acoplado a proteína G conocido como GPR55.

El GPR55 ha sido bautizado como un «receptor huérfano» porque los científicos todavía no están seguros si pertenece a una familia más grande de receptores. GPR55 se expresa ampliamente en el cerebro, especialmente en el cerebelo. Está implicado en la modulación de la presión sanguínea y la densidad ósea, entre otros procesos fisiológicos.

El GPR55 promueve la función de los osteoclastos, lo que facilita la reabsorción ósea. La señalización del receptor GPR55 hiperactivo se asocia con osteoporosis.

El GPR55, cuando se activa, también promueve la proliferación de células cancerosas, de acuerdo con el estudio de 2010 por investigadores de la Academia China de Ciencias en Shanghai. Este receptor se expresa en varios tipos de cáncer.

El CBD es un antagonista de GPR55, como la científica de la Universidad de Aberdeen Ruth Ross reveló en la conferencia de 2010 de la Sociedad Internacional de Investigación de Cannabinoides en Lund, Suecia. Al bloquear la señalización de GPR55, el CBD puede actuar para disminuir tanto la reabsorción ósea como la proliferación de células cancerosas.

PPARs – receptor nuclear

El CBD también ejerce un efecto anticancerígeno mediante la activación de PPAR [receptores activados por proliferador de peroxisoma] que están situados en la superficie del núcleo de la célula. La activación del receptor conocido como PPAR-gamma tiene un efecto antiproliferativo, así como una capacidad para inducir la regresión del tumor en líneas celulares de cáncer de pulmón humano. La activación de PPAR-gamma degrada la placa beta-amiloide, una molécula clave ligada al desarrollo de la enfermedad de Alzheimer. Esta es una de las razones por las que el cannabidiol, un agonista de PPAR-gamma, puede ser un remedio útil para los pacientes de Alzheimer.

Los receptores PPAR también regulan los genes que están involucrados en la homeostasis energética, absorción de lípidos, sensibilidad a la insulina y otras funciones metabólicas. Los diabéticos, en consecuencia, pueden beneficiarse de un régimen de tratamiento rico en CBD.

CBD como inhibidor de la recaptación

¿Cómo el CBD, un compuesto exógeno de la planta de Cannabis, consigue entrar en una célula humana para unirse a un receptor nuclear? En primer lugar, tiene que pasar a través de la membrana celular enganchándose al viaje con una proteína de unión a ácidos grasos (FABP), que sirven como chaperones de varias moléculas de lípidos hasta el interior de la célula. Estas moléculas de transporte intracelulares también acompañan al tetrahidrocannabinol (THC) y las propias moléculas del tipo marihuana del cerebro, los endocannabinoides anandamida y 2AG, a través de la membrana a varios objetivos dentro de la célula. El CBD y el THC modulan receptores en la superficie de la mitocondria y el núcleo.

Resulta que el cannabidiol tiene una fuerte afinidad por tres tipos de FABPs, y el CBD compite con nuestros endocannabinoides, que son ácidos grasos, por las mismas moléculas de transporte. Una vez que se encuentra dentro de la célula, la anandamida es desintegrada por la FAAH, una enzima metabólica, como parte de su ciclo de vida molecular natural. Pero el CBD interfiere con este proceso al reducir el acceso de anandamida a las moléculas de transporte FABP y retrasar el paso endocannabinoide hasta el interior de la célula.

Según un equipo de científicos de la Universidad de Stony Brook, el CBD funciona como un inhibidor de recaptación y descomposición de anandamida, aumentando así los niveles de endocannabinoides en las sinapsis del cerebro. La mejora del tono endocannabinode a través de la inhibición de la recaptación puede ser un mecanismo clave por el cual el CBD confiere efectos neuroprotectores contra las convulsiones, así como muchos otros beneficios para la salud.

Los efectos anti-inflamatorios y anti-ansiolíticos del CBD son en parte atribuibles a su inhibición de la recaptación de adenosina. Al retrasar la recaptación de este neurotransmisor, el CBD aumenta los niveles de adenosina en el cerebro, lo que aumenta la actividad de los receptores de adenosina. Los receptores de adenosina A1A y A2A juegan un papel importante en la función cardiovascular, regulando el consumo de oxígeno miocárdico y el flujo sanguíneo coronario. Estos receptores tienen amplios efectos anti-inflamatorios en todo el cuerpo.

El CBD como modulador alostérico

El CBD también funciona como un modulador de receptor alostérico, lo que significa que puede mejorar o inhibir la forma en que un receptor transmite una señal cambiando la forma del receptor. Científicos australianos informan que el CBD actúa como un «modulador alostérico positivo» del receptor GABA-A. En otras palabras, el CBD interactúa con el receptor GABA-A de una manera que mejora la afinidad de unión del receptor para su agonista endógeno principal, ácido gamma-aminobutírico (GABA), que es el principal neurotransmisor inhibitorio en el sistema nervioso central de los mamíferos. Los efectos sedantes del Valium y otras benzodiacepinas están mediados por la transmisión del receptor GABA. El CBD reduce la ansiedad cambiando la forma del receptor GABA-A de una manera que amplifica el efecto calmante natural del GABA.

Científicos canadienses han identificado el CBD como un «modulador alostérico negativo» del receptor cannabinoide CB1, que se concentra en el cerebro y el sistema nervioso central. Aunque el cannabidiol no se une al receptor CB1 directamente como el THC, el CBD interactúa alostéricamente con el CB1 y cambia la forma del receptor de una manera que debilita la capacidad del CB1 para unirse con THC.

Como modulador alostérico negativo del receptor CB1, el CBD disminuye el umbral de psicoactividad del THC, por lo que la gente no siente «eleve» cuando usa Cannabis rico en CBD en comparación con el consumo de medicina dominante en THC. Un producto rico en CBD con poco THC puede brindar beneficios terapéuticos sin tener un efecto eufórico o disfórico.

Alga Espirulina


¿Qué es la espirulina?

La espirulina o spirulina (Spirulina maxima) es una alga unicelular que tiene forma de espiral (de ahí su nombre). Es de color azul verdoso, la presencia de clorofila le da el color verde y la de ficocianina el color azulado.

La spirulina es un superalimento que ofrece proteínas más digeribles que las de la carne de vacuno y contiene una sorprendente variedad de elementos nutritivos: vitaminas, macrominerales, minerales, ácidos grasos esenciales, proteínas, ácidos nucleicos (ADN y ARN), clorofila, y una amplia gama de fitoquímicos. 

Los mayas eran grandes consumidores de espirulina, alga de agua dulce, rica en proteínas (posee 21 de los 23 aminoácidos y los 8 esenciales, sobre todo triptofano que es un potente antidepresivo), vitaminas (es la fuente natural más rica en B12), minerales (hierro, magnesio, potasio), enzimas, antioxidantes y ácidos grasos esenciales.

Como vegetales -acuáticos, pero vegetales al fin- las algas tienen la capacidad intrínseca de sintetizar AGE (ácidos grasos esenciales). Este hecho convierte a las algas en fuente proveedora de poliinsaturados para el reino animal (peces y humanos). 

Debido a que se consumen en bajas dosis (son más bien un acompañamiento de cereales, legumbres y hortalizas) y luego de procesos de cocción, no podemos considerar a las algas como fuentes principales de lípidos.

La espirulina se remonta a unos 3.500 millones de años; es una de las plantas más antiguas del mundo y sin dudas la más pequeña. Esta microscópica alga azul verdosa crece espontáneamente en lagos alcalinos (como el Texcoco de México o el Lago Chad del homónimo país africano), cuyas condiciones impiden el desarrollo de otros organismos vivos. Esto convierte a la espirulina en un producto confiable, pues en aguas alcalinas hay muy pocas bacterias. Siendo un alimento que no recibe más tratamiento que el secado, su posible contaminación bacteriana resulta insignificante. Además, la espirulina posee una enzima de restricción (SPL1) que inhibe el crecimiento de microbios, hongos y levaduras, y que la protege de virus y bacterias.

La espirulina era parte esencial de la dieta de mayas e indígenas africanos, que practicaban su recolección y secado. En el futuro puede convertirse en un alimento estrella, ya que puede producirse rápidamente (duplica su biomasa en 4/5 días) en estanques poco profundos, brindando un rendimiento proteico por unidad de superficie 20 veces superior a la soja, 40 veces superior al maíz y 400 veces superior al ganado vacuno. Actualmente existen gran cantidad de emprendimientos en el mundo que se dedican a su cultivo.

La investigación científica ha verificado la gran riqueza constitutiva de la espirulina; ya se llevan aislados más de 60 componentes y se presume que la tarea está incompleta. Es una de las fuentes naturales más proteicas; casi el 70% de su peso está constituido por aminoácidos. Su proteína es completa y de alto valor biológico: posee 21 de los 23 aminoácidos (todos los esenciales) en proporción casi ideal, destacándose el triptofano (antidepresivo por excelencia) y la fenilalanina (otorga sensación de saciedad) como los de mayor concentración.

A nivel de lípidos, si bien la espirulina no posee abundancia (llega a un 7%), tiene gran calidad de AGE (ácidos grasos esenciales), los cuales se reparten entre omega 3 y 6, destacándose la presencia de un importante ácido graso activado: el GLA (gamma-linolénico), clave en la síntesis de los eicosanoides benéficos.

La espirulina contiene entre un 15 y un 25% de azúcares, lo cual proporciona energía rápida sin sobrecargar el páncreas ni desencadenar hipoglucemia. Entre estos glúcidos se destaca la presencia de un raro azúcar natural (ramnosa) que favorece el metabolismo de la glucosa y posee un efecto favorable en la diabetes. Diez gramos de esta alga aportan sólo 36 calorías, razón por la cual es muy recomendada en dietas de adelgazamiento.

En materia vitamínica, la espirulina posee una gran riqueza. Además de vitaminas A (diez veces más concentración que la zanahoria y en la forma segura de betacarotenos), B1, B2, B5, B6, ácido fólico, E y H, se destaca por ser la fuente natural más rica en B12 (pocos gramos cubren las necesidades diarias de dicha vitamina, siendo totalmente asimilable al no haber proceso de cocción). Resulta entonces un complemento ideal en dietas vegetarianas estrictas.

En cuanto a minerales, la espirulina es especialmente rica en hierro altamente asimilable (cinco veces más que el hígado); diez gramos satisfacen las necesidades diarias de un adulto. Pero también contiene calcio, fósforo, magnesio, potasio, manganeso, selenio, cromo, cobre, cinc y germanio, con escasa presencia de sodio. También está bien dotada de clorofila, carotenos, ácidos nucleicos, enzimas y fibra soluble (mucílagos).

Beneficios

La espirulina ha sido declarada por la UNESCO como el alimento del milenio por sus múltiples vitaminas, minerales y proteínas, tiene muchísimos beneficios para la salud.

Mejora el sistema inmunológico por su alto contenido en antioxidantes (betacaroteno, ficocianina, vitamina E), polisacáridos (Ca-Spirulan) y los aminoácidos alanina y acido pantoténico.
Es efectiva contra las diferentes clases de virus debido a la ficocianina, los sulfolípidos y el Ca-Spirulan de la spirulina.. Reduce los niveles de colesterol por el alto contenido de ácido gamma-linolénico y la niacina. Ayuda a prevenir el cáncer y los tumores por su alto contenido en antioxidantes como el beta-caroteno, la ficocianina, la vitamina E y la enzima superóxido dismutasa. Protege contra los efectos dañinos de la radiación (radioterapia, accidentes nucleares) gracias a la ficocianina.
Disminuye el efecto tóxico en los riñones provocado por metales pesados (plomo, mercurio) y del consumo de medicamentos gracias al alto poder desintoxicante de la clorofila.
Mejora la flora intestinal del lactobacilo que estimula la digestión, la absorción de los alimentos y previene las infecciones intestinales gracias a la clorofila, la prolina y la vitamina B12.
Equilibra la glucosa en la sangre de quienes sufren de diabetes gracias a los carbohidratos complejos y a la combinación de magnesio, cromo y las vitaminas B1, B12 y B3.
Ayuda considerablemente a bajar de peso con 9 gramos de spirulina diarias. La clorofila, los polisacáridos, las enzimas, la fenilalanina y el cromo ayudan en este proceso.
Protege el sistema cardio-vascular a través de los ácidos grasos esenciales, las vitaminas E y B6 y el selenio.
Previene y combate la anemia por su alto contenido de hierro y su fácil asimilación tanto de éste como del magnesio, el ácido fólico y las vitaminas B6 y B12.
Las dolencias de la artritis y reumatismo se previenen gracias a los antioxidantes, el ácido gamma-linolénico, la serina y el ácido pantoténico que se encuentran en la Spirulina.
Activa las funciones cerebrales por sus aminoácidos niacina, valina, isoleucina y leucina de las vitaminas B1, B3 y el zinc.
Sus carotenoides y la riboflavina previenen y mejoran los problemas ópticos.
Sus minerales en presentación de fácil absorción tales como: el calcio, el magnesio, el potasio, el zinc y el fósforo previenen la osteoporosis.
Por su gran cantidad de vitaminas, minerales, ácidos grasos, aminoácidos, proteínas y las sustancias fotoquímicas, la spirulina incrementa la vitalidad, la energía sexual y la memoria.
Por su alto contenido en aminoácidos, vitaminas y minerales es el suplemento ideal para niños hiperactivos o mal nutridos.

¿Dónde crece?

La espirulina puede vivir en agua a la vez salada y alcalina, contenida en un recipiente resistente a la corrosión. Vemos aquí algunas indicaciones para poder cultivarla en casa.

En principio, debe disponerse de un recipiente o estanque con ángulos redondeados, para facilitar la agitación y limpieza de los rincones. Se utilizan en mayor medida estanques con bordes de 40 cm. Los estanques pueden tener una superficie de 1 m², correspondiendo a las necesidades de spirulina de una persona, aunque esta característica no constituye una limitación, solo resulta imprescindible tener en cuenta la necesidad de agitar periódicamente el estanque.

Para facilitar su desagüe, el fondo del estanque debe tener un hoyo y una ligera pendiente.

La agitación superficial de los estanques se puede hacer a mano con escoba, una vez cada hora o dos horas. Además, debe agitarse una vez al día el fondo del recipiente.

La temperatura del medio de cultivo es el factor climático más importante, que incidirá directamente en la rapidez del crecimiento y la calidad de la spirulina. Por debajo de 20°C el crecimiento es prácticamente nulo, siendo la temperatura óptima para el desarrollo alrededor de 37°C.

La iluminación es indispensable para el crecimiento, pero no debe mantenerse en forma continuada las 24 horas del día. El pleno sol no es ideal: una media sombra es lo más aconsejable. También es muy importante que el medio de cultivo registre una temperatura ambiente elevada, sin depender únicamente de la entrada de luz solar.

La lluvia y el viento son benéficos, pero es necesario controlar que el agua no desborde el estanque y que el mismo no se llene de polvo y hojas. El agua utilizada en el medio de cultivo debe ser limpia o filtrada, para eliminar posibles contaminaciones. Este líquido aportará los oligoelementos y el calcio que necesita la spirulina, además del carbono y las sales que deben disponerse a la vez.

Puedes consultar y descargar este manual si quieres saber más acerca del cultivo de espirulina:  cultivo artesanal de espirulina